lunes, 21 de enero de 2013

Los riesgos de instalar la corrupción en el centro del debate político



Infokrisis.- La corrupción en Cataluña no es algo nuevo. El Caso Banca Catalana demostró hace treinta años que los bribones se vuelven invulnerables cuando se enfundan pijama nacionalista. Es solamente ahora cuando casi todos los medios de comunicación denuncian la corrupción anidada en la dinastía Pujol. El por qué se produce esto ahora y no antes es evidente: ahora existe un independentismo catalán desafiante al que hay que responder. Y Rajoy responde sacando a la superficie lo que ya se sabía que existía desde hacía décadas y nadie se había preocupado por sacar a la superficie.

Las denuncias contra la corrupción en Cataluña han hecho mucha pupa a CiU que en las últimas semanas ha reculado en sus ínfulas independentistas. En la última encuesta realizada en Cataluña sobre intención de voto, ERC y C’s subían y el resto de los partidos o se mantenían o bajaban, pero CiU se desplomaba.


Como se sabe, existen nexos de unión entre Prisa y la familia Pujol. Al parecer fueron los Pujol los que compraron el edificio en el que se redacta diariamente El País… Así que los Pujol son los caseros de una empresa que está haciendo aguas por todas partes, con bajadas espectaculares de ventas, que poco a poco se va deshaciendo de partes o las va cerrando y que está en una crisis permanente. No es raro que haya sido El País (junto con El Mundo) quien haya venido en ayuda de los Pujol demostrando que el PP también es una olla de corruptos y un foco de corrupción. Hasta aquí nada nuevo.

La fase siguiente ha sido la denuncia de que una fundación vinculada al PSOE pagó a los altos cargos sobres con un total de 600.000 euros… Los hijos de Maleta, Filesa y Time Export, al parecer, siguen como en sus mejores tiempos.

No albergamos la menor duda de que en las próximas semanas el anecdotario de la corrupción irá creciendo hasta hacernos olvidar la prima de riesgo, la independencia de Cataluña y lo aburrido de una liga del que ya se sabe quién será el vencedor. Pero todo esto tiene algunos riesgos.

Rajoy se ha equivocado de estrategia y los dirigentes del PSOE y de CiU que han arrojado al rostro de Rajoy sus vergüenzas, están jugando con fuego. Ellos lo hacen con la intención de desprestigiar al contrario, pero el ciudadano lo que percibe es otra cosa: que todos los partidos tienen por práctica habitual la corrupción y que toda la clase política es corrupta y corruptora. Buena lectura, porque es justamente así: el régimen nacido en 1978 fue creado por los “padres de la constitución” con la sana intención de durar y con la insana voluntad de que fueran ellos quienes permanecieran eternamente gestionándola.

Cuando la constitución ha superado la edad de Cristo, está envejecida y desvencijada. Las fuerzas políticas y sociales que la alumbraron, así como las esperanzas que suscitó, ya no son las mismas. Los 34 años de régimen han dejado como recuerdo la corrupción. De la misma forma que el período de la “restauración” estuvo marcado sobre todo por el caciquismo y en su momento no se reconoció, ahora, el rasgo más acusado del actual régimen es la corrupción… y, por supuesto, nadie lo reconoce entre la clase política.

La Razón proponía la creación de un “pacto anticorrupción” entre todos los partidos… hay que atarse los machos ante propuestas como estas. En las actuales circunstancias un “pacto anticorrupción” solamente puede ser un pacto de silencio y la revalidación de la omertá entre la clase política para taparse mutuamente sus vergüenzas. Hay que releer a Platón para saber que en La República, en el siglo VI antes de Cristo, el filósofo ya alertaba sobre la realidad de que ningún político ha votado nunca una ley que le pudiera perjudicar. El panorama político español demuestra que 2600 años después no hay nada nuevo bajo el sol.

© Ernesto Milá – Infokrisis – ernesto.mila.rodri@gmail.com