jueves, 14 de marzo de 2013

Reflexiones sobre la crisis de España



El drama del patriotismo español es triple: de un lado su vinculación al franquismo, el régimen que más recientemente defendió a machamartillo la “unidad nacional”; por tanto, volver a recordar que España es una nación y, mucho más que eso, una Patria, parece remitir casi necesariamente al franquismo o hacerse cómplice suyo. De otro lado, las ideas básicas del patriotismo español han permanecido inamovibles desde hace más de 100 años. Prácticamente desde la generación del 98 la reflexión sobre España se detuvo con la única excepción de Ramiro Ledesma y su Discurso a las Juventudes. Pero incluso en este caso se trató de una reflexión coyuntural realizada a expensas de la crisis de la II República, una situación que tiene poco que ver con la actual. En cuanto a las opiniones de José Antonio Primo de Rivera, tomadas de Ortega y Gasset, según las cuales una nación es una “unidad de destino en lo universal”, aun estando de acuerdo con ellas, nos dicen muy poco sobre cuál es el “destino” actual de España y que hay que entender por “universal” en este aciago comienzo del milenio. En efecto, el problema radica en que si consideramos que la justificación de una nación es su “destino” y su “misión” histórica, nadie, absolutamente nadie, se ha preocupado por definir nada de todo esto para nuestra España, como mínimo, en los últimos 78 años (dando por sentado, con las reservas antedichas que la obra de Ledesma es el último intento en esa dirección). ¿Cuál es la “misión” y el “destino” de España hoy en 2013? Esta es la pregunta que queremos plantear.