martes, 28 de abril de 2015

Entrevista a Ernesto Milá en Reflechir & Agir



Info|krisis.- Reproducimos el texto en castellano de la entrevista realizada hace dos meses por la revista francesa Reflechir&Agir en en la que Ernesto Milá responde a las preguntas que le formula la redacción sobre la situación política en España, sobre los partidos emergentes y la evolución posible de la situación, sobre la crisis económico-social y sobre la situación de los identitarios en España.

¿Cuál es la situación, aquí y ahora, la situación general de España? ¿Dónde se encuentra la inmigración y la islamización?

En cifras, la situación de España puede resumirse así: 1,03 billones de euros de deuda pública, 650.000 millones euros de deuda de las familias, 1,3 billones de euros de deuda de las empresas. En total, 3 billones de euros de deuda. Para 2015, se calcula que España crecerá 25.000 millones de euros… pero tendrá que pagar 36.000 millones de euros de intereses. En breve: la deuda española es impagable. Una cuarta parte de la población está próxima al umbral de la pobreza o por debajo de ella. Las cifras oficiales registran 5.000.000 de parados, y el salario medio está en torno a los 1.400 euros… pero con una gran desigualdad de renta entre los salarios más altos y una población generalmente “mileurista” (con salarios próximos a 1.000 euros o por debajo de esa cifra). En los últimos cuatro años, 300.000 jóvenes universitarios, la mayoría con títulos técnico-científicos, se han ido de España en busca de empleo digno. El único sector económico en el que en la actualidad se mantiene la economía española es el turismo y la hostelería. La economía sumergida ocupa un 20% de la economía real. Incluso la banca española, en estos momentos, sobrevive gracias a las bases iberoamericanas a las que ha desplazado buena parte de su actividad. La pretendida “reactivación económica” existe solamente en la propaganda del gobierno en este año electoral y en la macroeconomía: el ciudadano de a pie no la percibe.

En cuanto a las cifras de inmigración, en mi estimación personal, basada en el seguimiento del fenómeno desde 1998, puedo afirmar que desde 1996 han llegado a España 8.000.000 de inmigrantes, de los que 2.000.000 tienen hoy nacionalidad española, entre 500 y 750.000 han retornado a sus países. En el mejor momento (2005) apenas cotizaban a la seguridad social, 1.800.000.

Sobre la inmigración islámica, podemos decir que está desigualmente distribuida y se concentra particularmente en Cataluña (con magrebíes, subsaharianos y paquistaníes) y con menos densidad en Andalucía, Madrid y Valencia. En total 2.000.000 de islamistas, un 4,65% de la población con una tasa de natalidad cuatro veces superior a la de la población autóctona.

Es importante preguntarse ¿quién trajo la inmigración masiva a España? Se trata de un fenómeno relativamente reciente. Fue instigado a partir de 1996 por José María Aznar como uno de los elementos centrales de su “modelo económico”. Se trataba, simplemente, de hacer “competitiva” la economía española rebajando salarios mediante la saturación del mercado laboral. Beneficio a unos pocos sectores económicos (construcción, hostelería y agricultura) pero perjudicó al conjunto del país y hoy supone un lastre económico insuperable para la sociedad.

¿Cuáles son las relaciones de fuerzas políticas que se puede esperar a corto plazo?

El régimen nacido en 1978, ha estado sostenido hasta por una columna de centro-derecha (PP) y otra de centro-izquierda, con la participación de dos partidos regionalistas (CiU y PNV). Ese régimen está dando sus últimos pasos. Las pasadas elecciones europeas demostraron el descenso de votos de la “banda de los cuatro” (PP+PSOE+CiU+PNV) y la irrupción de Podemos, una formación de izquierdas nacida del “movimiento de los indignados”. La irrupción con fuerza otro nuevo partido centrista (Ciudadanos), alterará profundamente la correlación de fuerzas que se ha vivido en España en los últimos 38 años.

Sin embargo, el sistema político español de “bipartidismo imperfecto”, difícilmente puede convivir con una fragmentación del parlamento en no menos de una docena de opciones. La inestabilidad se instalará en el sistema político español a partir de las próximas elecciones municipales y autonómicas de mayo de este año y especialmente a partir de las generales que tendrán lugar en noviembre o diciembre. Las fuerzas políticas que crearon el régimen de 1978, en mi opinión, intentarán una última carta para retrasar lo inevitable: una “Gross Koalition” PP+PSOE. Como ha ocurrido siempre en situaciones en las que se asiste al final de un ciclo político y al principio de otro, en estos momentos de transición, asistiremos a un enfrentamiento entre lo que quiere nacer (Podemos, Ciudadanos) y lo que se resiste a morir (PSOE y PP).

Es significativo que en el último debate sobre el estado de la nación (24-26 de febrero), los medios de comunicación estuvieran igualmente pendientes del debate en el Congreso de los Diputados y de las declaraciones de Albert Rivera, líder de Ciudadanos, y de Pablo Iglesias, líder de Podemos, que no son diputados, ni cuyas formaciones tienen representación parlamentaria: es la calle frente al congreso, es el pasado frente al futuro.

¿Cómo se explica el éxito de Podemos y cómo se explica el fracaso de las fuerzas nacionales?

Sin mucho esfuerzo y con muchos ataques en contra, Podemos se ha configurado como la segunda fuerza política que sustituirá al PSOE en su papel de fuerza hegemónica de la izquierda. A diferencia de Syriza (una coalición de partidos de extrema-izquierda), Podemos es un conjunto de “círculos”, movimientos sociales e iniciativas que se remonta a las protestas que aparecieron con el inicio de la crisis económica de 2008 y especialmente durante su fase más dura (2009-2012), el famoso movimiento de los “indignados”. Responde, en primer lugar a una situación de deterioro del régimen nacido en 1978 que nadie hasta ese momento tenía credibilidad suficiente para aprovechar e instrumentalizar. El sistema bipartidista ha generado una corrupción generalizada que afecta a todos los niveles administrativos del Estado, una alternancia entre centro-derecha y centro-izquierda que han gobernado de manera despótica, desaprensiva e ineficiente desde principios de los años 80 y cuyos errores se han ido acumulando: mal acuerdo de ingreso en la Unión Europea a mediados de los años ochenta, un sistema autonómico insostenible que se ha ido comiendo, poco a poco, al Estado del Bienestar, políticas erróneas en la lucha contra el terrorismo, políticas sociales neo-liberales aplicadas por socialdemócratas y por la derecha, desertización industrial y llegada masiva de inmigración descontrolada, pérdidas del valor adquisitivo de los salarios y empobrecimiento de los jóvenes y de las clases más modestas, un sistema fiscal basado en penalizar los salarios y beneficiar a las rentas procedentes del capital, todo ello dominado por una corrupción institucionalizada, perceptible entre la población y negada persistentemente por la clase política. Es evidente que un sistema así concebido tenía fecha de caducidad y se desmoronaría a la primera crisis económica que apareciera.

Podemos, simplemente, estaba en el lugar justo en el momento adecuado. A pesar de que sus análisis y diagnósticos sobre la situación son limitados, en ocasiones erróneos y sus recetas de dudosa eficacia, se benefician de la sensación que se ha apoderado de buena parte de la población: que los partidos hasta ahora mayoritarios durante casi cuatro décadas ya no están en condiciones de resolver sus problemas.

Sobre las “fuerzas nacionales”. Noción errónea. No existen fuerzas nacionales. Lo que existe es una sopa de siglas, a menudo incomprensible, casi siempre irrelevantes, sin peso, con muy pocos cuadros capacitados y sin posibilidades de incidir en la política real a corto plazo. En la actualidad, las dos únicas fuerzas política que existen con algo de peso son Plataforma por Cataluña (que obtuvo 65 concejales en las pasadas elecciones municipales, de los que actualmente 50 siguen en el partido y que cosechó 70.000 votos y el 1,5% en la provincia de Barcelona en las pasadas elecciones generales) y España 2000 (que obtuvo 5 concejales, entre ellos en uno en Alcalá de Henares y otro en Onda, provincia de Castellón; el grupo de Alcalá ha logrado irradiar a todo el “Corredor del Henares” y otro tanto ha ocurrido con el de Onda; por lo demás, en Castellón, E2000 obtuvo el 1,5% de votos en las pasadas elecciones generales. Estos son las dos únicas bases tangibles que existen en este momento en España. El resto, con todas las simpatías que pueden merecer, son solamente buenas intenciones.

Respecto a la “sopa de siglas”, parece poco probable que otros grupos logren salir del cero absoluto en el que se encuentran en la actualidad. Falange Española de las JONS, el movimiento histórico, está en estos momentos mucho mejor dirigida que en otros períodos, pero seguramente ya es demasiado tarde para que este partido pueda remontar (y sigue sin existir unidad entre las bases falangistas, la mayor parte desmovilizadas y políticamente despistadas), grupos como Democracia Nacional en veinte años no han logrado salir de su etapa subgrupuscular, otros como MSR sufren altibajos y escisiones, la extrema-derecha clásica en Madrid se concentra en torno a La España en Marcha (coalición de cuatro o cinco grupos de los que sólo La Falange (otra tendencia falangista) tiene un mínimo de estructura. Ninguno de todos estos grupos ha obtenido cargos electos. En cuanto al Partido por la Libertad, será necesario que obtenga resultados tangibles en las elecciones municipales de mayo si quiere tener algún peso. No hay más.

Fragmentación, falta de cuadros políticos, ausencia de programas realistas, carencia casi absoluta de experiencia política real, debilidad de los aparatos centrales de las pequeñas organizaciones políticas, explican el fracaso casi generalizado de todo este pequeño mundo.

¿Existen esperanzas de aparición a medio plazo de un movimiento similar al Front National o a Pegida en España?

No, desde luego, a corto plazo. Personalmente, no creo en los modelos “importados”. La situación política, económica y social en España es muy diferente a la que en Francia ha cristalizado en la formación y en la eclosión del Front National o a la que ha dado lugar al movimiento Pegida en Alemania. Es significativo que mientras algunos intentan “copiar” a Amanecer Dorado, otros quieran emular a Geert Wilders e incluso otros al Vlaams Belang, y, por supuesto al Front National… todo esto está muy bien, pero lo esencial es no olvidar que un movimiento político es la suma de un programa, de una clase dirigente cualificada, de unos objetivos políticos, de una estrategia, de una táctica y de un criterio organizativo. Nada de todo esto existen en España y, por tanto, con la inexorabilidad de una ley física, puede decirse que sin estos elementos, no existe movimiento político digno de tal nombre. En la medida en que PxC y E2000 contienen algunos de estos elementos, son los dos grupos que han podido destacar ligeramente sobre el resto.

Pensar, como piensan la mayoría de estos grupos que mediante una aparición providencial de su líder en televisión en prime-time, o mediante inversiones de dinero, o mediante un frenesí activista, podrán experimentar un crecimiento brusco, convirtiéndose en hegemónicos, parece ilusorio e infantil. Frente a este “providencialismo”, defendemos la necesidad de un entendimiento entre las fuerzas que obtengan un número mínimo de cargos electos en las próximas elecciones municipales y un proceso de integración de los grupos menores en estos. Partir, en definitiva, casi de cero.

Pequeña biografía:

Ernesto Milá, nacido en 1952, periodista y escritor, influido especialmente por la obra de Julius Evola y de Alain de Benoist. Ha militado en distintos grupos patrióticos y nacionalistas desde 1968 y conocido distintos períodos de prisión (entre ellas, una breve estancia de 90 días en la prisión parisina de La Santé). Autor de diversos libros sobre la ciudad de Barcelona, sobre el catarismo occitano y sobre la arquitectura de Antonio Gaudí, y sobre la obra de Salvador Dalí (Dalí entre Dios y el Diablo), se especializó en política internacional (Marruecos, el enemigo del Sur, Marruecos: la amenaza, Teoría del Mundo Cúbico). Ha sido jefe de redacción en varias revistas. Entre ellas Identidad (2008-2010) y dirige actualmente la Revista de Historia del Fascismo (2010-…). Desde 2003 publica ininterrumpidamente el blog Info|krisis y ha publicado distintas obras sobre el “fascismo español” (José Antonio y los no-conformistas, Ramiro Ledesma a contraluz). Ha escrito dos volúmenes de Ultramemorias en las que detalla su aventura política, los años de militancia, de exilio y de prisión. Colabora en la actualidad con España 2000 y suele dar conferencias y charlas para distintos círculos políticos y culturales. Pasa su tiempo entre España, Québec y Costa Rica.