martes, 21 de junio de 2016

CUANDO EL RAMADÁN SE CELEBRA EN UNA IGLESIA…


Molenbeek, el barrio más islamizado de Bruselas, cuna de yihadistas y muestra de los peores resultados del fracaso de todas las políticas de integración, sin embargo, con la Iglesia católica llena… no, por supuesto, de fieles católicos, sino de islamistas celebrando el ramadán. En efecto, la iglesia de San Juan Bautista se transformó en mezquita el viernes pasado. El cura de la parroquia indicó el motivo: “para permitir a los miembros de las diferentes comunidades encontrarse y conocerse mejor…”. El buenismo, siempre el buenismo como anteojos para falsear los colores reales de la vida. De Molenbeek en particular.

La ceremonia de los viernes en el mes del ramadán “dará ocasión de realizar una fiesta religiosa musulmana y así facilitar que el gran público conozca mejor al islam, busquen puntos comunes entre las culturas e intercambien opiniones para crear vínculos entre los habitantes de nuestra hermosa comuna multicultural”. El primer intercambio será sobre la práctica del ayuno en las diferentes culturas. Eso por la mañana; por la tarde –es el cura quien lo cuenta- “se tratará sólo de vivir en común”. Lo mejor, sin duda, es el fin de fiesta: “interludios musicales a partir de las 22:00 horas. Actuarán dos grupos de música musulmana y la coral cristiana African Joys”… Nadie puede negar buena voluntad al párroco de San Juan Bautista en Molenbek. Obviamente, que el sacerdote católico sea de color, es irrelevante.


Una experiencia personal: hace quince años dejamos de ir a la Misa del Gallo en la Catedral de Barcelona con toda nuestra familia porque el obispo de la época explicaba que había ofrecido una comida para inmigrantes a la que asistieron muchos islamistas, pero luego, cuando se produjo el acto religioso, apenas asistió ninguno. No se lamentaba, ni siquiera había acto de contrición porque el papel de la Iglesia no es repartir churros con chocolate, ni pizzas halal, sino lograr la salvación de las almas. Dos años antes, en el barrio de la Ribera, en Barcelona, solamente existía una parroquia católica por veinticinco “puntos de oración” islamistas. Todas las ciudades europeas tienen su Molenbeeck… A un mes de subir Zapatero al poder, cuando los islamistas descubrieron que tenía “la mandíbula blanda”, ocuparon la Catedral de Barcelona. Cuando la desalojó la policía la imagen de la capilla del Cristo de Lepanto o la pila bautismal de la Catedral cubierto absolutamente de basura o el olor a orines que se respiraba en el claustro de la Catedral (los ocupantes –musulmanes en su totalidad- habían orinado sobre las tumbas de los menestrales que tapizan el suelo del claustro) era simplemente insoportable.


Seamos claros: hay que empezar a reconocer que ya no existe “Iglesia” en el Vaticano, sino una administración que pretende armonizar una serie de sectas que han sustituido a las antiguas órdenes religiosas y que, por supuesto, ya no tiene rumbo fijo. El caso de la iglesia de San Juan Bautista en Molenbeeck así lo confirman.